Pregunta YOUCAT 34: ¿Qué hay que hacer cuando se ha conocido a Dios?
DIÁLOGO CON CRISTO
Señor Jesús permite que crezca mi amor. Con frecuencia te he preguntado dónde puedo encontrarte, cómo puedo buscarte. Gracias porque hoy me doy cuenta de que Tú sólo me pides obediencia y sumisión a tu voluntad para poder hallarme en todas las personas de mi entorno familiar y social. Esa es tu voluntad. Que te ame especialmente en ese miembro de mi familia con el que más cuesta comunicarme o con ese compañero de trabajo o de estudio que tanto me impacienta. Dame un corazón magnánimo para que sepa amar a todos como Tú me has enseñado que debo amarlos. La voluntad de Dios debe ser para nosotros la razón y el sentido de toda nuestra vida como lo fue para Cristo, quien viniendo este mundo consagró su existencia con aquellas palabras: Heme aquí que vengo para hacer Tu voluntad.
NADIE TE AMA COMO YO
Una vez terminada esta parte, proseguimos con la presentación de un vídeo con la canción de “Nadie te ama como yo” de fondo. Una vez terminado, se realizó una pequeña reflexión sobre dicho vídeo.
GYMKHANA
A continuación se llevó a cabo una gymkhana en la que se dividió al grupo en varios subgrupos. Cada uno de los miembros de éstos tenían que coordinarse entre sí para encontrar una serie de símbolos que se convertirían más adelante en palabras, gracias a una pequeña leyenda, que darían lugar a distintas frases.
Lo que se quería demostrar con este juego es la capacidad que tenemos de organizarnos en muy poco tiempo y de la colaborar entre nosotros.
Las frases que posteriormente se formaron eran:
1. Perdónales porque no saben lo que hacen.
2. Madre, ahí tienes a tu hijo.
3. Hijo, ahí tienes a tu madre.
4. Haced esto en memoria mía.
5. Amaos los unos a los otros.
TESTIMONIOS
Una vez que se terminó la gymkhana, pasamos a la proyección de una serie de testimonios que nos proporcionaron un sacerdote, un seglar y un cantautor religioso sobre cómo descubrieron a Dios y cómo le respondieron. Esto nos permitió descubrir la visión que cada uno tiene de Dios, crecer como personas y darnos cuenta de que no es tan difícil darle una respuesta.
1º Testimonio
Lo primero que hay que hacer cuando se ha conocido a Dios es reconocerlo. Me
explico. Conocer a Dios no conlleva forzosamente unirse a Él, hay mucha gente que lo
conoce y no lo sigue. Hay que reconocerlo; reconocerlo como Dios Padre, reconocerlo
como creador, reconocerlo como amor, reconocerlo como guía, reconocerlo como tantas
cosas, que se convierta en necesario para vivir. En el momento que se le reconoce,
entonces forzosamente se le sigue.
La verdad es que yo conozco a Dios desde siempre, desde que tengo uso de
razón su Espíritu rondaba a mi alrededor, pero también es verdad que no lo reconocía.
Iba a misa todos los domingos, era monaguillo, me gustaba visitarle en el Sagrario, pero
no lo reconocía como Espíritu de mi vida.
Incluso me planteé ser sacerdote, pero no lo había reconocido aún. Se puede
decir que a partir de hacer las Jornadas de Sarmientos lo reconocí y se me reveló
completamente con la muerte de mi queridísimo abuelo. Fue inundando mi vida poco a
poco y la verdad es que lo siento conmigo siempre, sobre todo en los malos momentos.
Me hace sobreponerme, levantarme y seguir para adelante.
Ante la pregunta “¿Qué hacer cuando se ha conocido a Dios? Lo primero, lo
hemos dicho, reconocerlo, lo segundo decirle sí, un sí rotundo y contundente. Y lo
tercero seguir todos sus mandamientos, pero en especial el mandamiento principal, el
mandamiento del amor, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti
mismo. Reconocedlo, vivir con Él, para Él y por Él, es la mejor manera de vivir.
Llevadlo en vuestra vida cotidiana, no lo reservéis para la misa o para los problemas,
las alegrías las causa Él y los problemas los soluciona Él.
Aprovechad cada momento para conocerlo, para reconocerlo. Por ejemplo, el
próximo martes tenéis una oportunidad buenísima de conocerlo a través de Santi, no os
lo perdáis bajo ningún concepto. No hay nada más grande que ver como personas como
ésta llevan a Cristo a su trabajo y a su vida. Recordad: Reconocerlo, responderle y
seguirle. Un abrazo
2º Testimonio
Cuando uno tiene una experiencia de Dios no puede seguir sentado al borde del
camino como el ciego Bartimeo. Es necesario poner tu vida en las manos de Dios y al
servicio de los demás. Todo se nos ha dado y no podemos guardárnoslo.
Con las buenas obras daremos Gloria a Dios y seremos sal y luz del mundo. Si
además damos un testimonio valiente y sencillo, estaremos en el camino de la Nueva
Evangelización.
Hay que ser auténtico, comprometidos, enamorados de Dios. Si no mantenemos una
relación estrecha con Él, nuestra cristiandad puede convertirse en gestos que buscan la
simpatía de los demás y que se esconde cuando vienen las dificultades.
3º Testimonio
¿Cómo conocí a Dios? Él me conoció primero y tiró de mí, y me llevó con mano hábil a donde quería. Me resistí muchas veces pero me ganó y me convenció. Insistí yo de nuevo diciéndole que yo era poca cosa para llevar adelante sus planes, pero de nuevo me convenció y me dijo que su reino se hace así, con barro frágil, con seres imperfectos pero con ganas de luchar. Y al final me convenció y aquí estoy. A Dios lo he ido conociendo lentamente conforme me he ido dejando en su mano. He sido muy débil y pecador, pero Él me ha seguido queriendo con locura y esa ternura suya para conmigo me ha ayudado para conocerlo mejor. Hoy sé que es Dios Padre bueno lleno de misericordia y cada día lo voy conociendo un poquito. Y sobre todo lo conocí mejor el tiempo que estuve en misiones, donde aprendí a leer la Biblia con los humildes y los pobres y ellos me enseñaron el auténtico rostro de Dios Padre. Y le he respondido con mis luces y mis sombras, mis infidelidades y torpezas… pero Él me ha querido así. Sé que así escribe mi historia y escribe la vida y yo soy un insignificante grano en su granero, pero grano a fin de cuentas. Sigo en sus manos y aquí me tiene aunque Él sabe muy bien de mi fragilidad, aunque también sabe de mi amor grande por Él.
Para terminar realizamos una oración final que consistió en colocar una vela en el centro y a su alrededor pusimos todos los símbolos usados en la gymkhana. Llegamos a la conclusión de que dichos símbolos hacían referencia a los pequeños detalles que forman parte de nuestra vida y que detrás de ellos estaba Jesús, que es en definitiva el centro de nuestra vida y que se encontraba representado en esa vela.
Una vez explicado esto, pasamos a leer de nuevo la oración inicial.
RESPUESTA YOUCAT
Cuando se ha conocido a Dios hay que ponerlo en el primer lugar de la vida. Con ello comienza una nueva vida. A los cristianos se les debe conocer porque aman incluso a sus enemigos [ 222-227, 229].
Conocer a Dios significa que quien me ha creado y me ha querido, quien me mira con amor a cada segundo, quien bendice y sostiene mi vida, quien tiene en su mano el mundo y las personas que amo, quien espera ardientemente, quien quiere llenarme y perfeccionarme y hacerme vivir eternamente con él, está aquí. No basta con asentir con la cabeza. Los cristianos deben asumir el estilo de vida de Jesús.