TESTIMONIO MISIONERO: “No hay misión pequeña si el amor es grande”

TESTIMONIO DE ANDRÉS GARCÍA FERNÁNDEZ, SACERDOTE MISIONERO DE LA CONSOLATA EN EL CONGO

Tras el DOMUND, comenzamos noviembre en el grupo Kairós  hablando de fraternidad universal.

Reflexionamos sobre ¿quién es un misionero? ¿qué características tiene? Sin duda, la principal es que el misionero es una persona que no solo ha escuchado hablar de Jesús, ha leído sobre Él… sino que, ¡se ha encontrado con Él!

A partir de ese encuentro con Jesús, el misionero se encuentra con los hermanos.

Andrés nos explicaba que cuando decidimos Confirmarnos es porqué estamos dispuestos a “mojarnos” (implicarnos) en la Iglesia. Porqué queremos realizar un seguimiento de Jesús más maduro. Esto implica un cambio de vida, un cambio en nuestra actitud. En el sacramento de la Confirmación, recibimos la fuerza del Espíritu Santo para poder llevarlo a cabo.

Tras conocer la realidad de los pigmeos en el Congo, nos preguntábamos “¿Qué puedo hacer yo para disminuir el sufrimiento de mis hermanos?”

En primer lugar, abrir nuestros ojos y nuestro corazón a la realidad de los que más sufren y ser conscientes de que todos somos hijos de Dios y dignos de ser amados.

Tras nuestra reunión, no queremos permanecer indiferentes, queremos comprometernos con la nueva humanidad que Jesús nos ofrece.

Terminamos ante el Sagrario, poniendo ante el Señor y a los pies de la Santísima Virgen de la Capilla a todos los misioneros, especialmente a nuestro amigo Andrés y a nuestros nuevos amigos del Congo con los que queremos estar en contacto y poner nuestro granito de arena para que puedan disfrutar de una buena educación.

Queremos aprender a pensar más en los demás…y preguntarnos “¿Y mis hermanos? ¿Estarán comiendo hoy?”

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