RETIRO CUARESMA – 1º PARTE: JUEVES SANTO
¿Qué es la Pascua?
En la vida de todo hombre hay momentos de tránsito, momentos de paso, que son especialmente significativos y difíciles. En esos momentos se experimenta la muerte y la vida: cuando nos casamos, nos independizamos o empezamos a trabajar… Esto fue lo mismo que le paso al pueblo de Israel, que tuvo su momento de transito; de la exclavitud a la libertar producido por el amor de Dios.
La última cena, institución de la Eucaristía
Cuando hay un acontecimiento muy especial en la familia, en la comunidad, se festeja con una gran fiesta y la mayoría de las veces hacemos un banquete, es decir, una comida o cena muy especial. Pues lo mismo hizo Jesús con sus discípulos la noche del Jueves Santo. Se reunió con sus apóstoles para celebrar la Pascua, una fiesta muy importante para el pueblo judío.
En aquella Cena, Jesús va a realizar una serie de gestos en los que va a cambiar para siempre el sentido de la Pascua. Los cristianos ya no celebrarán la Pascua judía, recuerda de la liberación de la esclavitud de Egipto, sino la Pascua universal, memorial de la liberación de la esclavitud del pecado y de la muerte, a la que está sometida la humanidad, y de la que el Hijo de Dios hecho hombre nos libera por medio de su muerte y resurrección.
Al finalizar la cena, Jesús tomó un pan y un cáliz con vino. Diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes”. “Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados.” Después les dijo a sus apóstoles: “Hagan esto en memoria mía”. En este momento queda instituido el Sacramento de la Eucaristía. Ésta es la primera misa que se celebró.
El Sacramento de la Eucaristía es el sacramento por excelencia, porque bajo las especies de pan y vino, se encuentra la presencia real de Cristo, de su Cuerpo y de Su Sangre.
Las misas que se celebran continuamente en todo el mundo no son repeticiones del sacrificio de Cristo, sino celebraciones en las cuales se vuelve a hacer presente Cristo entre nosotros.
Es el sacramento del amor de Cristo, ya que Él quiso quedarse de manera permanente con nosotros.
En la Última Cena Jesús nos deja un nuevo mandamiento: ámense unos a otros como Yo los he amado.
El amor o la clave de nuestra Pascua
El amor tiene poder invisible. Solo él puede abrir el corazón del hombre. En el fondo Jesús pensó: Haré del amor mi arma más poderosa
¿Te imaginas adonde te llevaría esta frase?
Ama este día como si fuera el único de tu vida y lo aprovecharas al máximo.
Ama la felicidad que te ensancha el corazón y la tristeza que te hace descubrir los misterios de tu alma.
Ama el rostro de cada persona, intenta amar su alma. Conseguirás hacer de tus enemigos, amigos y de tus amigos, hermanos. Reacciona con amor a la conducta de los demás
Ámate a ti mismo. Y por ello no te des lo que más te apetece, sino aquello que a la larga te hará más feliz. Si tienes vocación de águila, no te contentes con ser un ave de corral.
Tu puedes querer a quien decidas querer, aunque al principio no lo sientas. Amar no es un sentimiento, es una decisión. ¡Decidete!
Nuestra Pascua en Parábola
Nosotros vamos a vivir nuestra propia pascual y os la voy a contar en forma de parábola:
El Reino de Dios es semejante a un puñado de semillas diferentes que un hombre sembró en un campo desierto. las semillas eran pequeñas, casi imperceptibles. Pasado un tiempo aquel desierto ofrecía un espectáculo maravilloso: flores preciosas, árboles de toda clase, frutos los más exóticos. Todo el mundo venía a visitarlo, deseaba probar sus frutos, oler sus flores…Nunca habían visto nada semejante.
En ti Dios ha sembrado muchas semillas. Quizás no sepas la riqueza que llevas dentro. Ni te la imaginas. Para pasar de semilla a fruto, flor o árbol, tienes que morir y resucitar. Pero lo mas importante no es la muerte, esta es sólo una condición. Lo importante es amar y abrirse a la vida…RESUCITAR
GESTO: “Revolución de la toalla”
El animador coge una toalla y se la va pasando a los chicos. Va pasando de unas manos a otras y va recordando gestos y frases que ellos van diciendo cuando le llega la toalla.
Cuando llevan un tiempo prudencial el animador para el juego y le pregunta a uno de ellos: ¿Has oído hablar de la revolución francesa? Si, verdad?
Pero, ¿has oído hablar de la revolución de la toalla? No???? ¿Y eres creyente? ¡No ha oído hablar de la revolución de la toalla!!!. Estoy segura que si, pero no te acuerdas. Te lo recuerdo:
Hubo una vez un Señor, que estaba cenando, se levantó, tomó una talla, se la puso y empezó a lavar los pies…Desde entonces comenzó en el mundo la revolución de la toalla ¿A qué lo sabías?
Ahora se hace una interpretación de todo lo que han mencionado antes desde la clave del servicio inaugurado por Jesús