Hoy escucharás “…recibe por esta señal el don del Espíritu Santo…”

Hoy escucharás “…recibe por esta señal el don del Espíritu Santo…”

¡Llegó el día! Hoy escucharas tu nombre y “…recibe por esta señal la señal del Espíritu Santo…”

Y entonces, ¡ya estarás confirmado!

Pero antes…recordemos…

¿Qué es la Confirmación?

  • La Confirmación es el sacramento que completa el Bautismo.
  • Con la Confirmación te conviertes en un cristiano adulto en la fe.

 

En el momento de la Confirmación, sucede algo entre el cielo y la tierra, entre tú y Dios

  • Dirás SÍ al don de Dios, al Espíritu Santo.
  • Él entrará en tu vida…
  • Y ya no te abandonará nunca, tampoco en la hora en la que regreses junto a él, que te ama infinitamente.

Ahora eres válido para hacer realidad la gracia de su Bautismo. El confirmando dice un “sí” a Dios, un “sí” al Espíritu Santo. Acepta la gracia bautismal conscientemente.

Tampoco es que haya vivido hasta ahora sin el Espíritu Santo, ya está bautizado y ha recibido la Primera Comunión. Pero esta acogida explícita del Espíritu Santo la conocemos ya en el Nuevo Testamento: Jesucristo ya está dotado por su divinidad de la fuerza del Espíritu Santo, pero se deja bautizar por Juan en el Jordán: el Espíritu de Dios viene sobre Él, y el Padre pronuncia su “sí” a Jesús, su Hijo.

Este “sí” a dos bandas ocurre en la Confirmación, es como un contrato indisoluble, te marca con un sello que no se puede perder, que solo se puede recibir una vez y que marca a esa persona para siempre, un contrato para la eternidad.

Este Espíritu Santo lo recibe cada uno de los cristianos en el Bautismo. El confirmando dice un “sí” a Dios. La Confirmación da plenitud a los efectos del Espíritu Santo.

 

¿Cuáles son los efectos de la Confirmación?

  • La Confirmación nos introduce más profundamente en la relación con Dios Padre. La Confirmación te une más firmemente a Cristo.
  • La Confirmación aumenta en nosotros el Espíritu Santo.
  • La Confirmación te une más fuertemente a la Iglesia.
  • La Confirmación te fortalece para vivir la fe y defenderla.

 

Pero…¡recuerda! ¡tú también debes poner tu parte!

Vas a recibir en la Confirmación al Espíritu Santo y serás marcado con su sello, y, con ello, fortalecido en la fe. Sin embargo, el Espíritu Santo no actúa contra nosotros ni sin nosotros. Eso significa que tenemos que estar abiertos.

Si estamos bien abiertos al Espíritu, podrá actuar en nosotros y crecer , y puede suceder que sea algo realmente sorprendente…

 

¡Tienes una misión!

Tras el Bautismo en el Jordán, sucedió algo en Jesús: comenzó con su vida pública. Del mismo modo ocurrió con los apóstoles el día de Pentecostés: después de que descendió el Espíritu Santo sobre ellos, se echaron a las calles y empezaron a predicar. Se dice que es el nacimiento de la Iglesia.

La misión de Jesús también va a recaer sobre ti. Como cristiano perteneces al grupo de los amigos de Jesús que deben hacer discípulos de Jesús a todas las personas. La Confirmación te fortalece y empuja para esta misión.

Yo estoy llamado a ser alguien o a hacer algo para lo que nadie más está llamado; tengo un lugar en el plan de Dios y sobre la tierra de Dios que no tiene nadie más. Dios me conoce y me llama por mi nombre. BEATO JOHN HENRY NEWMAN