Pregunta YOUCAT 147 ¿Por qué ocupa María un lugar tan destacado en la comunión de los santos?
María es la Madre de Dios. Estuvo unida a Jesús en su vida terrena como ninguna otra persona, una cercanía que no se interrumpe tampoco en el cielo. María es la Reina del cielo y está muy cercana nosotros en su sentimiento maternal. [972]
Porqué ella se confió en cuerpo y alma y asumiendo el riesgo ante una empresa peligrosa, aunque fuera divina, María fue acogida en el cielo también en cuerpo y alma. Quien vive y cree como María, llega al cielo.
REFLEXIÓN
En el Evangelio encontramos signos que son reflejos de lo que ya pasa en el cielo:
- Aceptación de la Virgen María para ser Madre de Dios
Ahí descubrimos a María como modelo de confianza en Dios: “Hágase en mí según tu Palabra”
- Las bodas de Caná
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: “No tienen vino”. Jesús le dice: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dice a los sirvientes: “Haced lo que él os diga”. (Jn 2,3-5)
Ahí descubrimos a una mujer atenta, con una sensibilidad especial ante las necesidades de las demás.
Vemos en ella a una intercesora ante Jesús. Está más cerca de él que nadie, por lo que es más fácil que la escuche.
María empuja a Jesús a comenzar su ministerio, a iniciar su “hora”, la hora a la que ha sido llamado. Ayudó por tanto a Jesús a recibir de Dios la vocación, a comenzar con su vida pública, con su ministerio y de la misma forma puede ayudarnos a nosotros también.
- María, Madre de la Iglesia
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” (Juan 19:25-27)
Jesús a encomienda a su madre al discípulo amado, Juan, que nos representa a todos. Por ello, compartimos con Jesús la misma madre. ¿Hay regalo más grande e íntimo?
María es la principal colaboradora en la mediación para la salvación que nos da Jesús, es un “atajo” que nos ayuda a llegar al Padre y al Padre a llegar a nosotros.
Por eso, podemos presentar a María nuestras peticiones, súplicas… para que ella se las presente a Jesús, que es el intercesor ante el Padre.
“María es una ventana de esperanza cuando el mundo cierra la puerta a Dios”
(Benedicto XVI)
María alegra el corazón de Dios más que cualquier otra criatura porqué le ha compensado la maldad del mundo.
Son todos estos motivos por los que María ocupa un lugar destacado en la comunión de los santos.